Antonio Garbín,
nació el 1 de julio de 1868 en el pueblo de Bésnar situado a 70 km al este de
la ciudad de Granada, España. Primero de una familia de cinco hermanos, tres
varones y dos mujeres, creció en la pobreza, y siendo muy joven comienza con
sus primeros intentos de progreso.
De familia
agrícola, la cual poseía una quinta con plantaciones de naranjos, él empezó a
dedicarse a cosechar las naranjas y llevarlas a Granada para su venta. Los
duros años de España lo obligaron a ahorrar y emigrar hacia Argentina, tentado
por las grandes posibilidades agrícolas que ofrecía ese país. Cuando llegaron, pensaron
en instalarse en San Rafael, provincia de Mendoza, porque don Antonio vio que sería el mejor
lugar para comercializar frutas.
San Rafael
en ese tiempo era solamente un pueblito, pero don Antonio observó grandes
perspectivas para el futuro y allí se instaló. Casado con doña Asunción López,
oriunda del mismo pueblo que él, Bésnar,
y
a quien el destino lo llevó a conocerla en San Rafael. Pronto esa unión dio sus
frutos, seis hermosos hijos.
Pasó el
tiempo y el negocio familiar se disolvió para que cada uno progresara
individualmente. A Don Antonio le fue muy bien, pero los problemas económicos
del país, en esa época, combinados con malas intenciones de terceros, hicieron
que perdiera todo lo que había ganado con el sudor de su frente. Eso fue un
gran golpe para él, que lo llevó a la muerte. Muerte que truncó el sueño de volver
a su pueblo para reencontrarse con sus raíces.
Católico y
gran devoto de la Virgen de Lourdes, cumplía sin ostentación la virtud de la
caridad. Nunca se negó a participar de actividades con fines benéficos, además
de hacer donativos para ayudar a los pobres. Esto le ganó el cariño y el
respeto del pueblo de San Rafael, que lloró su fallecimiento el 13 de febrero
de 1948 a los 79 años.
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